El Índice de Masa Corporal (IMC) es una medida de la grasa corporal en relación con la altura y el peso. Se calcula tomando el peso de una persona en kilogramos y dividiéndolo por su altura en metros cuadrados. Un IMC entre 18.5 y 24.9 se considera dentro de un rango saludable para los adultos, mientras que todo lo que esté por debajo de 18,5 se considera bajo peso y todo lo que supere 24,9 se considera sobrepeso.
El IMC se utiliza a menudo como indicador de la salud general de una persona, aunque no debe tomarse como la última palabra sobre la forma física o el estado de salud de una persona. Hay otros factores, como la masa muscular, el tamaño de la complexión y el tipo de cuerpo, que también pueden influir en el IMC y deben tenerse en cuenta al determinar la salud general de una persona.
Tener un IMC dentro del intervalo saludable puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el peso, como la diabetes de tipo 2, ciertos tipos de cáncer y las cardiopatías. También puede mejorar la forma física general y ayudar a mantener un equilibrio energético que facilite un mejor rendimiento en las actividades físicas. Por otra parte, limitar la ingesta de alimentos para mantener un.
Sin embargo, es importante reconocer que las dietas y/o los regímenes de ejercicio extremos pueden ser peligrosos y deben emprenderse con precaución. Además, las personas que tienen un IMC bajo pueden correr un mayor riesgo de deficiencia de nutrientes debido a una ingesta alimentaria inadecuada, lo que podría aumentar su riesgo de padecer enfermedades relacionadas con deficiencias nutricionales como la anemia o la osteoporosis.
Una dieta sana es la base para conseguir y mantener un IMC saludable. Seguir una dieta equilibrada y nutritiva que incluya todos los grupos de alimentos puede ayudar a mejorar el equilibrio energético, controlar el aumento de peso y promover la salud general. Es importante recordar que no existe un enfoque único de la nutrición: cada persona debe adaptar sus hábitos alimentarios para cumplir los siguientes requisitos:
- Incluye mucha fruta, verdura y cereales integrales en la dieta
- Limita la ingesta de grasas saturadas, azúcares añadidos y sal
- Controla el tamaño de las raciones y el equilibrio energético llevando un registro de la ingesta y el gasto calóricos
- Asegúrate de beber mucha agua
Además la actividad física desempeña un papel importante para mantener el IMC bajo control. El ejercicio puede ayudar a quemar calorías adicionales, lo que puede contribuir a mantener un peso saludable.
Antes de realizar cualquier cambio en su dieta o actividad física actual, le recomendamos siempre acudir con un especialista para una mejor valoración y tratamiento adecuado.
